El sofá es, probablemente, uno de los muebles clave del hogar, ya que lo usamos para recibir a la familia, para tumbarnos y echar una de esas siestas largas que nos encantan…. Pero, escoger el sofá perfecto puede convertirse en un auténtico martirio, porque nos invaden cientos de preguntas cuando nos decidimos a cambiar el viejo sofá por uno nuevo, sofá o chaislongue, a medida o con una medida estándar… y el precio, que tanto lío supone, porque los hay de todos los precios y en muchas ocasiones no sabemos por cual decidirnos.
Encájalo en tu salón
Lo primero que vamos a tener en cuenta y no queremos caer en tópicos de que si el tamaño importa o no, en el caso de elegir un sofá, el tamaño es importantísimo. En ocasiones, se nos olvida tener en cuenta que el tamaño del sofá dependerá del espacio que tengamos en la estancia donde vaya a ser colocado, y es que a veces nos enamoramos de uno que hemos visto en una tienda o en una revista y nos cuesta desechar la idea de que no puede ser, sin más.
Debes tener en cuenta, que para que un salón sea práctico, deber tener el suficiente espacio como para caminar sin tener que apartar nada. Así que agarra el metro y coge bien las medidas de tu salón. Si tienes un salón pequeño lo más acertado es que te decantes por un sofá en forma de L
Que sea ergonómico, no fallarás
Como hemos dicho anteriormente, en el sofá pasamos muchas horas y un aspecto muy importante es la ergonomía. A la hora de buscar un sofá cómodo, lo recomendable es que la profundidad de cada asiento tenga entre 65 a 75 centímetros, mientras que el respaldo debe tener una altura entre 80 y 90 centímetros. Más alto o bajo de esos baremos, es incómodo.
Es muy sencillo de medir, siéntate en el sofá y si tu espalda toca el respaldo y los pies te llegan al suelo, esa es la medida perfecta.
Olvídate de los conflictos, ve a lo seguro
El mundo de los reposabrazos es muy amplio y en muchas ocasiones motivo de discordia entre los habitantes de la casa. Depende del uso que le demos al sofá por más que no nos guste, hay que elegir el que cubra con la necesidad. Ya sé que os encanta los de líneas puras y rectas, estilo nórdico, pero si lo que os gusta es tumbaros en el sofá, ni os lo penséis, elegir unos brazos de unos 15 o 20 centímetros. Si el conflicto persiste, no hay nada mejor remedio que darles a cada uno lo que quiere, para eso están los reposabrazos adaptables.
Como el turrón, ¿duro o blando?
La dureza es vital en la elección del sofá, seguro que algunos hasta el momento estáis pensando, “un sofá blandito, que te engulla, calentito….” Siento deciros que es un gran error.
El asiento debe ser firme para que dure lo máximo posible y no se deforme en poco tiempo. La firmeza del respaldo, sobre todo en la zona baja de la espalda, si puede ser un poco más blanda. Normalmente los materiales para la fabricación de los rellenos de los sofás suelen ser o de espuma de poliuretano o viscoelásticos. No importa mucho por cual os decantéis, solo debéis aseguraros que sean de alta densidad y transpirable.
Lo que cuenta es el interior
En este punto pararos con atención por favor, que es un dato que lo dejamos pasar siempre en “pro” del diseño. Informaros del armazón, si, de lo que no se ve. Que ahí es donde nos suelen meter gato por liebre. Es un dato tan importante como la forma o la tapicería.
Recomendamos que sean de madera maciza, sin nudos o de acero. Además si las patas forman parte de ese armazón, mucho mejor, más duradero será.
El universo de las tapicerías
Otro aspecto a tener en cuenta y que penséis muy bien el trato que se le vaya a dar para no equivocaros.
Si sois una familia en aumento, con peques por aquí correteando, lanzaros a los sofás desenfundables, que son fáciles de limpiar y siempre con tapicerías de calidad para que aguanten el trote del uso y del lavado.
Si por el contrario vuestro modelo de familia es otro, elegir si os gusta un sofá con una tapicería de algodón, con textura o capitoné, que además aporta carácter a la estancia. Sólo debéis tener en cuenta el cuidado y cómo limpiarlo, siempre con los productos adecuados.
Recuerda que un sofá con un buen armazón y un buen relleno siempre se puede volver a tapizar, consiguiendo que una pieza única perdure en el tiempo.
No busquéis un todo en uno
Caemos en un error constantemente, en el de tener un sofá que sirva para todo y lo normal, es que tenga mil detalles en detrimento de la calidad de los materiales con los que está fabricado.
Un sofá que tenga almacenaje, asientos extraíbles, chaislongue, cama…. Si es de verdad que es lo que el espacio os pide, lanzaros, pero tened en cuenta que todos esos detalles nunca podrán ser fabricados en ese armazón de madera maciza o en acero que antes hablábamos. Y es posible que incluso toda esa cantidad de opciones que nos ofrece ese sofá, no terminemos usándolos.
Os animamos a que tenga más peso en vuestra elección la calidad de los materiales.
El sofá habla de ti
Recuerda siempre algo, un sofá es la parte central de una estancia con una gran importancia en nuestro hogar como es el salón. Es una pieza que suele aportar carácter, y dice mucho de ti, de tu hogar y de tu vida.
Decídete por un sofá que sea digno de ti, si eres de los que la comodidad tiene que reinar a lo estético, buenos materiales, confort lo primero. Pero si en cambio eres de lo que el mundo de la estética te apasiona, el diseño, ve a por él. No tengas miedo, si te riges de verdad por lo que tu corazón te dice, acertarás siempre y seguro que encaja en tu casa.
Esperamos que os haya sido útil el post «Cómo elegir un sofá sin caer en los errores de siempre. Tendencias decoración e interiorismo.». Recuerda inscribirte en nuestra newsletter para estar informado de todas las novedades de Obra Nueva en Córdoba y noticias relacionadas con el mundo inmobiliario. Quiero inscribirme ahora
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