Las crisis son, en esencia, procesos de cambio. Y pueden estar motivadas por situaciones imprevistas, pueden ser consecuencia de normativas. O se desencadenan por cambios que experimenta la propia sociedad que evoluciona a un ritmo tan vertiginoso que cada vez resulta más complejo dar respuesta rápida desde la administración.
Y el Urbanismo no es una excepción. Ante períodos de crisis, hemos de afrontar medidas de cambio. Nuevos modelos adaptados a las nuevas circunstancias.
Porque las circunstancias de los últimos años obliga a adoptar fórmulas de planificación y gestión de nuestras ciudades capaces de adaptarse con flexibilidad a los cambios. Y, sobre todo, a las nuevas necesidades sociales y de desarrollo económico.
El reto de todo gobierno local es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. De todos. Desde una perspectiva integral. Desde la sostenibilidad en su más amplia concepción. Ese desarrollo sostenible obliga a conjugar protección del medio ambiente, empleo, condiciones económicas y cohesión social.
Bajo una normativa y un planeamiento que nos fija un PGOU que diseñó un equipo liderado por José Seguí. Un plan de ordenación que tenemos la obligación de desarrollar y que tiene como referencia una apuesta clara por el impulso de zonas verdes que ha tenido durante este mandato un desarrollo exponencial.
Plantación de árboles en el Parque del Flamenco
En la capital hay 3.709 viviendas en comercialización, que pertenecen a un total de 84 promociones.
El nuevo tiempo obliga a un desarrollo urbanístico sostenible que conjugue protección del medio ambiente y cohesión social. Y el reto apasionante que tenemos por delante es dotar a la ciudad en los próximos dos años de más de 1,3 millones de metros cuadrados de zona verde para que todos, para que todas las familias sin distinción puedan compartirlas y disfrutarlas.
Completaremos un anillo verde que rodea la ciudad con tres nuevos parques –Flamenco, Levante y Arruzafilla que suman más de 700.000 metros cuadrados- y crearemos un nuevo parque periurbano -Parque del Patriarca- con una extensión de 600.000 metros cuadrados.
El Parque del Patriarca, por ejemplo, ofrecerá a la ciudad más de 60 hectáreas de paraje natural. Será el parque más grande de la ciudad -el triple de extensión que el de la Asomadilla, para tener una referencia -y supone una apuesta sólida por recuperar y regenerar zonas verdes para la ciudad. Existen zonas especialmente dañadas que ya están siendo recuperadas bajo criterios de respeto escrupuloso a su singularidad medioambiental.
Está en marcha también el desarrollo de la primera fase del Parque de Levante, un proyecto transformador para esa zona de la ciudad que ha supuesto una inversión millonaria repartida entre actuaciones integrales que han supuesto desde el diseño del trazado, la plantación de especie autóctonas y la instalación de iluminación.
Ultimada está ya la ejecución del Parque del Flamenco, junto a la barriada de San Rafael de la Albaida, cuya plantación de árboles y pradera se ha completado durante las últimas semanas de 2021. Resta, por tanto, el desarrollo del Parque de la Arruzafilla, cuyo proyecto de redacción está ya en licitación, para culminar ese anillo verde que Córdoba necesita en su modelo de desarrollo sostenible de futuro, y que estará a punto de culminarse en el final del presente mandato municipal.
Esperamos que os haya sido útil la entrada «Anillo verde. El reto del desarrollo urbano sostenible«. Recuerda inscribirte en nuestra newsletter para estar informado de todas las novedades de Obra Nueva en Córdoba y noticias relacionadas con el mundo inmobiliario. Quiero inscribirme ahora
Igualmente síguenos en Facebook e Instagram para tener información diaria sobre las Promociones en comercialización y noticias de interés.
0 Comentarios