Durante un largo período de tiempo disponer de un patrimonio inmobiliario era una manera de garantizarse un ahorro para el futuro. Pero los tiempos cambian y la llegada de la crisis o la explosión de la burbuja inmobiliaria, entre otros factores, han hecho que se abran nuevas fórmulas para conseguir esa tranquilidad económica. Este es el caso de la venta de la nuda propiedad, sistema extendido en Europa y que en los últimos años ha llegado con fuerza a nuestro país.
Para explicar este tipo de transacción primero debemos saber qué es la nuda propiedad. Cuando adquirimos un inmueble se obtiene lo que conocemos con el nombre de “pleno dominio”. El pleno dominio consta de dos partes, la nuda propiedad y el usufructo vitalicio. Se trata por tanto de vender solo la nuda propiedad permitiendo así disfrutar del usufructo de la vivienda.
Se trata de un sistema ventajoso para ambas partes ya que el vendedor puede seguir viviendo en su casa aunque la haya vendido y el comprador la adquiere por un precio algo más bajo que el real de mercado, ya que no podrá tomar posesión de la misma hasta que termine el usufructo. La duración de este usufructo se puede fijar que termine en una fecha determinada o bien acordar un usufructo vitalicio, éste último permite al vendedor el disfrute de la vivienda mientas viva.
El perfil de vendedores a través de este sistema, normalmente, son personas de edad avanzada entre 75 u 80 años, por lo general sin herederos, que optan por vender su casa obteniendo así un importante aporte económico sin tener que abandonar su hogar.
Este tipo de venta está en auge ya sea para personas mayores que deciden vender la nuda propiedad de su vivienda para poder cancelar su hipoteca y vivir de forma más desahogada o bien para matrimonios que desean ayudar a sus hijos sin tener que renunciar a seguir viviendo en su casa.
Además si el usufructuario no quisiera o no pudiera seguir viviendo en su casa cuenta con la posibilidad de alquilarla y obtener esa renta sin permiso del propietario, aunque al principio pueda resultar extraño esta fórmula tiene mucha lógica. Al tratarse, en la mayoría de los casos, de personas mayores su situación puede cambiar y pueden llegar a requerir una vivienda más adecuada a sus necesidades o incluso ser trasladados a una residencia.
El alquiler de la vivienda le permitiría poder hacer frente a los gastos derivados de esta nueva situación. De lo que se trata en definitiva es de mejorar su calidad de vida. Este arrendamiento, por supuesto, finalizaría en el momento del fallecimiento del usufructuario.
La venta de la nuda propiedad no es un producto sencillo, hay que conocer bien el sector, hacer bastantes números y estar bien asesorado, desde Obra Nueva en Córdoba, como siempre, recomendamos acudir a profesionales que serán los que nos informen correctamente de las ventajas e incovenientes de realizar este tipo de operaciones y la rentabilidad de las mismas.
Esta transacción cuenta con todas las garantías legales, ya que se escritura ante notario y ha de registrase adecuadamente. El vendedor recibe la compensación económica de una sola vez en el instante de la cesión de la nuda propiedad y puede seguir disfrutando de su vivienda. Una vez realizada la venta, el inversor deberá hacerse cargo del pago del IBI (impuesto de Bienes Inmuebles), las derramas y los gastos extraordinarios. El usufructuario, por su parte, correrá con los gastos menores como pueden ser las facturas de suministros básicos de la vivienda y las cuotas de la comunidad.
Muchas gracias por leernos y por vuestros comentarios.
Autor: Virginia Vigo Calle
Arquitecta y colaboradora de www.obranuevaencordoba.es.
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Buenos días:
Quisiera saber si estarían interesados en gestionar la venta de la nuda proiedad de un piso en la Plaza Dr. Emilio Luque nº 5 de Córdoba. Superficie 240 metros cuadrados útiles. Calidades de lujo y fachada excepcional que en su día fue premio de arquitectura.
Buenas Rafael, nosotros no nos dedicamos a la venta de inmuebles, sentimos no poder ayudarle,
un saludo y gracias por seguirnos