Si echamos la vista atrás, no hace tanto tiempo, cuando queríamos desviarnos del blanco, solíamos pintar las paredes de algún tono crema, incluso amarillo vainilla; poner muebles de color wengué y complementar con burdeos, anaranjados y tonalidades cálidas como el amarillo.
Todo eso quedó atrás. Desde hace unos años, quizás por la propia influencia de la moda o de ciertas tendencias decorativas llegadas del norte, se ha elegido el gris como el color básico por antonomasia. Además, es curioso cómo, a pesar de la velocidad a la que cambian las modas, seguimos utilizando el gris como la base de la paleta de colores con la que decoramos nuestro hogar. Si te preguntas por qué el suelo de la consulta del dentista es gris, también el de la oficina que acabamos de visitar, o por qué el sofá que acabamos de ver en un escaparate tiene este color, la respuesta es sencilla: el neutro ahora es gris.
Se trata de un color muy elegante, con una gama de tonalidades muy extensa. Es relativamente difícil equivocarse al combinarlo con otros elementos y ofrece muchas posibilidades, ya no sólo utilizándolo como base, sino en los propios elementos decorativos, incluso en muebles o la cocina.
Gris sin medida
Ya sabemos que, al decorar, la proporcionalidad de los colores debe ser 60-30-10 y el color que nos ocupa puede funcionar en cualquiera de esas proporciones, pero en ese 60 que utilizamos de base se maneja a las mil maravillas. Gracias a la amplísima gama que el gris ofrece, podemos escoger entre muchas opciones con la que nos podamos sentir más a gusto. El gris puede ser un tono muy frío y aquí lo podemos combinar con el azul y otro neutro como el blanco para rematar el conjunto. Pero también puede ser muy cálido. Si elegimos una base gris que tenga alguna tonalidad próxima al color topo, lo podemos combinar con otros como el mostaza o el rojo caldera para crear ambientes más acogedores. Lo podemos incluso combinar con otros tonos del propio gris con resultados excelentes.
Cuando atendemos a las tendencias decorativas que vienen del norte o de Japón, enseguida vemos que los muebles son de madera natural y tienen un encaje fabuloso con el gris. Si nos gusta la tendencia “japandi”, el gris piedra combina muy bien y, a pesar de que puede crear ambientes muy minimalistas, también pueden ser acogedores si el estilo está bien implementado.
El gris más allá de las paredes y los suelos
Si quieres optar por tener un sofá gris, toma en cuenta que los más claros deben tener fundas lavables para que tengan buen aspecto siempre. O si eliges un sofá gris muy oscuro va a destacar mucho en el conjunto, por lo que considera siempre la combinación con el color de la pared (o el predominante) y de los textiles que le vayas a añadir a ese sofá para suavizarlo.
Si estás cansado de algún mueble por su aspecto y te apetece darle un nuevo aire, pintarlo de gris con pintura a la tiza es una muy buena opción. Este color, a pesar de lo que pueda parecer, aporta muchísimo carácter.
Para ganar en armonía en los espacios es muy buena idea implementarlo en los textiles de casa. La combinación de cortinas, cojines, plaids, mantas, etc. actualiza los conjuntos y, en función del tono que se escoja, neutraliza otros colores de mayor impacto o hace que los más sutiles destaquen. Imagina por ejemplo una habitación infantil: aquí puedes utilizar un gris perla en los textiles y complementarlo con un tono pastel de tu elección – amarillo, azul bebé o rosa empolvado son un acierto – para tener un resultado dulcificado.
En definitiva, se trata de aplicarlo de manera inteligente para tener resultados que estén a nuestro gusto y, además, sean sofisticados. Este color bien implementado aporta mucha elegancia a todas las estancias de nuestra casa, bien sea como base neutra, o como contraste a otros neutros con los que funciona perfectamente, como el propio blanco o el color garbanzo.
Es normal que nos cansemos de verlo repetidamente a nuestro alrededor, especialmente cuando se utiliza mal. Sin embargo, abrir la ventana al gris, nos sumerge en un universo casi infinito de combinaciones y posibilidades. Desecha esa idea de que lo gris es aburrido, triste o apagado porque, nada más lejos de esto, el gris es una base (o complemento) de lo más sofisticado y elegante.
Autora:
Gema Armenta
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