Para esta tercera entrega de nuestra sección Edificios con Historia, nos hemos decantado por enseñaros uno de los palacios de ensueño que posee nuestra capital y es que en las puertas del centro de Córdoba, nos encontramos El Palacio de Torres Cabrera. Por su carácter privado es bastante desconocido, tan solo abierto al público, cuando se convirtió en parte de las instalaciones del Colegio Cervantes, pero poco duró, solo siete años, para poder disfrutar de él.
Sin duda este palacio es puerta de entrada norte a la Córdoba de calles estrechas y patios engalanados de flores. Abre a un entresijo de calles judías que llevan a la imponente Mezquita de nuestra ciudad.
Sus paredes albergan gran parte de la historia de España desde el siglo XVII y por él han pasado numerosos personajes históricos y de todos los ámbitos, como el rey Alfonso XII, su hijo Alfonso XIII, los reyes de Jordania Husein y Dina bint ‘Abdu’l-Hamid, el político Antonio Cánovas del Castillo, los duques de Montpensier y el aristócrata Ramón María Narváez son algunos de los nombres más destacados.
El Condado de Torres Cabrera
El Palacio de Torres Cabrera se encuentra en la calle Conde de Torres Cabrera 19. Antigua casa palacio de los condes de Torres Cabrera, se alzó en el siglo XVII y fue reedificado en el año 1847 para ser residencia oficial del conde de Torres Cabrera, que hasta entonces había vivido en la casa palacio mudéjar de la calle San Roque 2.
El Condado de Torres Cabrera es un título nobiliario español creado a partir del vizcondado del mismo nombre (1631) por el rey Felipe IV en 1658 a favor de Juan Fernández de Córdoba y Cabrera, III vizconde de Torres Cabrera.
Se considera a Juan Fernández de Córdoba y Cabrera como I conde de Torres Cabrera, a pesar de que en 1658 solo se emitió el Real Decreto, siendo el 27 de febrero de 1668, cuando se ejecuta, por parte de Carlos II, por lo que esta es la fecha oficial de creación del Título.
El 10 de diciembre de 1877 el rey Alfonso XII le concedió la Grandeza de España en la persona de Ricardo Martel y Fernández de Córdoba, IX conde de Torres Cabrera.
En el año 1935 el palacio es arrendado por parte de los Hermanos Maristas para instalar el Colegio Cervantes. En noviembre del año 1940, la propietaria vende el palacio a Rafael Cruz Conde. Desde entonces la propietaria del palacio es la familia Cruz Conde.
El Palacio, su Arquitectura
Se trata de una mansión solariega de dos plantas con una soberbia fachada de colores rojo almagra y ocre. Situado en el casco histórico de Córdoba, ocupa una extensa manzana.Su fachada principal se encuentra abierta a un jardín, que anteriormente fue patio de entrada de carruajes, cerrado por una impresionante reja de fundición. Desde el exterior se erige imponente.
Esta reja verde da paso a un cuidado jardín que nos adentra en el esplendor del barroco. Desde 1847, después de su reedificación, se alza majestuoso este palacio con detalles e inspiración de villa italiana. Casi 2.500 metros cuadrados construidos de lujo e historia, en los que nos encontramos 23 dormitorios, 11 baños, varios comedores, oratorio privado, suelos con revestimientos de mármol, dos jardines, piscina, parking para doce vehículos y una sucesión de salones con chimenea de mármol, marcos y molduras de yesería, espejos y pinturas.
La fachada, de dos plantas de altura, se estructura con dos cuerpos salientes que enmarcan otro central, retranqueado, con una terraza. En el cuerpo central se halla un pórtico adintelado ordenado por pares de columnas que dividen en tres el espacio de acceso. Los cuerpossalientes poseen en la planta baja sendos vanos de arcos rebajados enmarcados por dobles pilastras avitoladas, es decir, que casi no se aprecia las juntas verticales. En la planta alta, los ventanales se llenan de lujo por frisos y pilastras corintias.
Una vez que traspasamos el pórtico, se abren tres huecos de medio punto, mayor el central, con rejas que te adentran en un vestíbulo abierto al patio principal por dos arcos de medio punto apoyados en el centro en cuatro columnas.
El patio, de planta rectangular, se halla un conjunto de mosaicos romanos del siglo II DC que representan al dios Baco y su cortejo y que, según los expertos, no tienen precio en el mercado de antigüedades. En el centro del patio, nos encontramos una fuente octogonal, y está rodeado por galerías en dos plantas. En la planta baja las galerías se conforman por arcos de medio punto con rosca de ladrillo sobre esbeltas columnas toscanas de piedra blanca con plintos de piedra oscura. Esas arquerías se encuentran actualmente cegadas y presentan incorporados fragmentos de mosaico romano. Sobre dicha arquería corre, dividiendo las plantas, una cornisa de ladrillo de la que cuelgan placas en las enjutas de los arcos. Una escalera de mármol negro con incrustaciones de mármol blanco y jaspe rojo nos sube hacia la planta alta, donde encontramos vanos adintelados, enmarcados por molduras acodadas y se separan por pilastras de ladrillo. Una cornisa denticulada corre bajo el tejado.
La Joya de la Corona
El Palacio de Torres Cabrera es un lujo ya de por sí, y cada una de sus estancias es de una nobleza enorme, pero hay que destacar entre ellas la joya de la corona. Un riquísimo Salón del Trono de 90 metros cuadrados que Ricardo Martel, IX conde de Torres Cabrera, mandó a construir en 1877 con motivo de la visita de Alfonso XII a Córdoba. El rey se alojó durante tres días de abril en el palacio y su anfitrión decidió regalarle esta fabulosa sala de estilo Luis XV.
El Salón del Trono ofrece una decoración de mediados del siglo XIX con chimenea de mármol, marcos y molduras de yesería, espejos y pinturas de tema floral.Nada que envidiar a salones de Palacios Reales que encontramos en la geografía española.
Podríamos seguir escribiendo muchas más líneas sobre este majestuoso inmueble que tenemos la suerte de tener en nuestra ciudad, y que desde la calle, al menos podemos apreciar su exterior. Pero os animamos a que indaguéis busquéis información sobre él, puesto que hay mucho ex alumnos de cuando era colegio, profesores y demás personal que os pueden contar como son las estancias de este palacio, orgullo para nuestra ciudad.
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