Continuando nuestros paseos por Córdoba, ciudad que a cada rincón enamora más y más… Nos fijamos en la cantidad de casas solariegas y palacios que hoy en día lucen en el entramado de calles del casco antiguo. Hoy nos fijaremos en una muy significativa por dos aspectos, una por haberse convertido en colegio después de ser morada de grandes caballeros y la otra por ser una de las casas solariegas más grandes y con más extensión de Córdoba. Se trata del Palacio de los Muñices.
Esta enorme casa-palacio se sitúa en la calle Muñices, en el barrio tan significativo de la Magdalena y es sede actualmente del Colegio Público San Lorenzo.
Una calle y un palacio que recibió el nombre de la familia Muñiz Godoy, familia de Ilustres Linajes pertenecientes a los conquistadores de la ciudad de Córdoba, frente al bando musulmán. Corría el año 1236 cuando Fernando III, con un grupo de caballeros, se lanzaron a la conquista de Andalucía. Y fue uno de ellos, Juan Muñiz de Godoy quien quedó prendado de la belleza de la ciudad musulmana, haciéndose de una casa en lo que en aquella época era la Puerta de Andújar. Hacia el siglo XVI, en 1569, la casa pasó a manos de la familia soriana Díaz de Morales debido a un matrimonio concertado, quedando unidas desde entonces las dos casas. A partir del enlace les perteneció hasta el siglo XIX, cuando la casa cambió de propietario y donde residiría uno de los últimos Caballeros de Córdoba, Don Rafael de Morales y Bernuy, suegro del reconocido escritor cordobés Teodomiro Ramírez de Arellano.
Es curioso que en una calle con apenas 200 metros de longitud coincidiesen tres celebridades, como atestiguan otras tantas inscripciones en placas de mármol dedicadas por la Real Academia y el Ayuntamiento. Es el ejemplo de la casa número 19. En ella vivió y murió Teodomiro Ramírez de Arellano, ilustre historiógrafo y poeta, y también allí vivió su hijo Rafael, arqueólogo, historiador y cronista de Córdoba. Poco más adelante, en la casa 27, murió el 2 de febrero de 1668 Antonio del Castillo Saavedra, reconocido pintor. Un triple honor para la calle, enaltecida por estos nombres que dejaron honda huella en la cultura y el arte cordobeses.
La Casa-Palacio de los Muñices
Esta majestuosa casa-palacio era una de las casas solariegas más grandes de nuestra ciudad, constituida entre cuatro patios, haciendo así un conjunto sobrio y equilibrado.
Su fachada principal hace recalcar su estilo neoclásico, data del 1795, realizada en piedra y cuyo vano de acceso es adintelado, rompiendo esa sobriedad el balcón que lo corona en su parte central. Remata el conjunto un frontón curvo que alberga el escudo de armas de los Díaz de Morales. Esta portada vino a sustituir otra anterior con altos relieves que se conservan al menos en dos medios cuerpos en el jardín.
Destaca en el Palacio de los Muñices, su austeridad decorativa y la elegancia de sus formas, sus amplias habitaciones, el oratorio, el jardín y su propia huerta, en torno a la que se distribuían las dependencias agrícolas y un amplio jardín.
Sin lugar a dudas uno de los principales atractivos es el patio de recibo, que era el primer lugar en el que se encontraban los visitantes, junto con la escalera con pórtico de entrada.
De Palacio a Colegio
Y es que sin duda alguna, en este caso, la Casa de los Muñices, como en otros tantos de nuestra capital, la transformación de estas casas-palacio en colegios o en otros edificios que ofrecen diferentes usos, ha sido su salvación. Fue expropiada en el año 1982 para posteriormente convertirse en lo que es hoy, el Colegio Público San Lorenzo.
De no haberse convertido en Colegio, no disfrutaríamos de su arquitectura, con lo que conlleva a que su historia se vaya perdiendo en el tiempo, y esto a modo de reflexión, la historia sin testimonios arquitectónicos, se olvida. Siempre que estudiamos alguna época histórica de algún lugar, nos ayuda a retenerla imágenes, edificios, esculturas, pinturas y demás artes que nos graban en la retina esa información. Así que a todos los que os compete cuidar los elementos arquitectónicos de las ciudades, hacedlo, por el bien de los ciudadanos y de la historia.
Centrándonos en lo que hoy es parte de ese inmenso terreno que albergaba el palacio, nos encontramos el colegio, inmensa suerte tienen esos niños de poder estudiar rodeados de muros que albergan tiempos memorables de la ciudad.
El patio-jardín del antiguo palacio de los Muñices, visible desde la calle a través de sus rejas, es lo primero que apreciamos del interior. Tiene cuatro parterres delimitados con setos de evónimos y separados por pasillos terrizos que se cruzan en el centro. Algunos naranjos proyectan su sombra sobre el jardín, recorrido en dos de sus lados por una galería con robusta balaustrada.
Poco más adelante se alza la portada del antiguo palacio del Muñoz de Godoy, con dintel decorado con triglifos y metopas que ya anuncian el neoclásico.
El interior dista bastante de lo que hace siglos sería la casa, ya que su adaptación a colegio ha supuesto un gran cambio en las estancias, pero si cabe destacar, que paseando por el interior del colegio se respira ese toque andaluz de los patios, esas transiciones de galerías y pasillos hacia patios porticados y anchas escaleras.
¿Sabrán los niños que hoy estudian en ese colegio, la importancia del edificio que día tras día los acoge para su formación?
Esperamos que os haya sido útil la entrada «Palacio de los Muñices. Edificios con historia«. Recuerda inscribirte en nuestra newsletter para estar informado de todas las novedades de Obra Nueva en Córdoba y noticias relacionadas con el mundo inmobiliario. Quiero inscribirme ahora
Igualmente síguenos en Facebook e Instagram para tener información diaria sobre las Promociones en comercialización y noticias de interés.
0 Comentarios