En los últimos tiempos nos hemos adaptado a una nueva realidad derivada de la situación sanitaria que hemos padecido a nivel mundial. Esto ha implicado muchos cambios en cómo nos relacionamos, cómo nos movemos y, muy fundamentalmente, en cómo nos desenvolvemos en casa.
De la noche a la mañana tuvimos que cambiar muchos hábitos, y aunque ya vamos retomando cierta normalidad, es cierto que muchas de esas medidas han supuesto cambios positivos y saludables para nuestro hogar y las personas que lo habitamos.
El recibidor o la frontera
Una de las costumbres que no solíamos tener y que es tremendamente común en otros países, es descalzarnos al entrar a casa y utilizar otro tipo de calzado en el interior. No somos conscientes de todo lo que se puede pegar a la suela de nuestros zapatos y que posteriormente transmitimos al suelo de nuestra casa. Aquí se hace imprescindible tener un lugar específico para los zapatos, bien con un mueble zapatero o cualquier otro tipo de almacenamiento para este fin que aporte orden a esta zona.
No todas las viviendas tienen un recibidor separado de otras estancias como el salón. De ahí que sea muy buena idea hacer una separación visual y delimitar qué es recibidor y qué es salón, o cualquier otra estancia que esté junto a la entrada. Colocar un papel pintado en esta zona o pintar la pared en un tono diferente puede ayudar.
Las leyes del orden y la limpieza en casa nos dicen que los abrigos y chaquetas, al igual que los zapatos, se deben quedar en la entrada. Para ello, si no se dispone de un armario – que sería lo ideal – se debe colocar un perchero de pared y, si se quiere rizar el rizo, con ganchos asignados a cada miembro de la casa, de manera que se eviten aglomeraciones y sea fácilmente identificable cuando llegan las prisas. Esas sillas llenas de bolsos y abrigos en el salón o en cualquier otro lugar (que no les corresponde) deben quedar atrás.
En este lugar también debemos dejar lo que no necesitaremos en el interior: llaves, gafas de sol, cartera, etc. Para esto, siempre es bueno tener una superficie que puede ir desde una pequeña repisa volada hasta un mueble con este propósito. Si viven varias personas en la casa, lo ideal sería tener un pequeño almacenaje compartimentado para que cada cual tenga su espacio. De esta manera dejamos en la puerta lo que traemos de fuera y no necesitamos dentro y lo convertimos en el espacio de transición antes de salir a la calle.
El ocio en casa
En los últimos tiempos estamos pasando más tiempo en casa, especialmente los fines de semana. No solo por la situación sanitaria sino porque, además, gracias a las plataformas audiovisuales, podemos disfrutar de mucho contenido cultural sin movernos del sofá. Pues bien, ese sofá ha ganado tanto protagonismo que está tomando unas dimensiones bastante grandes, incluso excesivas dentro de nuestros salones.
Las reuniones o las visitas en casa se vuelven a dar, pero ya procuramos que se produzcan en espacios abiertos en la medida de lo posible. Si tenemos terraza en casa, debemos sacarle partido, utilizándola para el propósito que realmente tiene (y no como trastero) y manteniéndola para que se pueda utilizar en cualquier momento, siempre que el clima lo permita. En su momento redescubrimos nuestras terrazas, no la echemos en el olvido.
Espacios polivalentes y ordenados
Tuvimos que adaptar nuestros salones y dormitorios rápidamente para convertirlos en escuelas, parques de atracciones y oficinas. Pues bien, esta situación a la larga ha creado una tendencia que permanecerá en el próximo 2022. De manera ordenada y siguiendo algunas claves básicas, se pueden crear zonas para cada actividad dentro de los mismos metros cuadrados. Se pueden instalar algunos elementos para ganar privacidad en las zonas que lo requieran, como puertas de cristal o biombos. En cualquier caso, siempre hay que tratar de que estos espacios polivalentes sean funcionales y ordenados, con elementos que se puedan recoger fácil y rápidamente tras su uso.
Por último, para mantener la salud de nuestro hogar y de nosotros mismos, es muy importante ventilar cada día. Diez minutos son suficientes para ventilar bien una habitación. Si es en meses fríos, lo ideal es ventilar en las horas más cálidas; y en los meses de verano, lo preferible es hacerlo por la noche. Las plantas también ayudan a tener un ambiente limpio.
A pesar de los momentos difíciles que hemos vivido, hemos aplicado cambios en nuestras rutinas de entrada y salida de casa, y otras costumbres que nos ayudan a vivir de manera más saludable. Debemos tener la mente abierta para aprender, asimilar y aplicar nuevos hábitos en nuestro hogar, aunque hayan llegado de manera sobrevenida.
Autora:
Gema Armenta
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