En esta segunda entrega de nuestra sección edificios con historia, nos vamos de paseo a la sierra cordobesa, para conocer la joya de los recorridos por Córdoba, ya no solo por su importancia en sí, que la tiene y mucha y en este número vamos a conocer muchos detalles, si no por el desconocimiento de él, muchos cordobeses simplemente lo han visto de lejos y ni siquiera saben por dónde se accede, si se puede visitar o no y en realidad qué es o qué ha sido a lo largos de los siglos. Hablamos del Monasterio de San Jerónimo y Valparaíso, ese edificio que vemos justo por encima de Medina Azahara y que sobresale por su majestuosidad cuando miramos la silueta de la sierra.
Una mirada al pasado y a su historia
El Monasterio de San Jerónimo y Valparaíso es un antiguo monasterio considerado como la primera obra del gótico cordobés. Fue fundado a principios del siglo XV y fue monasterio hasta su exclaustración en 1835. Fundado por uno de los cuatro padres de la iglesia católica y que desarrolló en España la trayectoria de la Orden Jerónima, esta orden fue durante siglos la orden de referencia de la monarquía después de la conquista.
Recabando apoyos para su obra, encontró la ayuda de Inés de Pontevedra y su marido Diego Fernández de Córdoba, el alcaide de los Donceles, los cuales donaron en el año 1394 los terrenos necesarios para que el Hermano Vasco construyera su monasterio en las faldas de Sierra Morena en un paraje conocido como Valparaíso. Tras venir de Italia donde acudió a perfeccionar su fe eremítica, volvió a Córdoba decidido a crear la Orden de San Jerónimo de la cual no había por entonces representación en España.
Según cuenta la tradición, el monasterio fue levantado con materiales procedentes de Medina Azahara, y es que no se tienen datos reales de esto, pero sí que en aquella época el Cabildo era el dueño de Córdoba la Vieja, que es la zona donde se encuentra la ciudad Califal y posiblemente éste fuera el diera el visto bueno para la utilización de las piedras y sillares que allí abundaban. Hay que tener en cuenta que entonces tampoco la población cordobesa no guardaba memoria de lo que la gran ciudad Califal suponía.
Con la desamortización de Mendizábal en el 1835, el monasterio fue desalojado y es años después cuando en el año 1911, fue comprado por los Marqueses del Mérito, título creado por la reina Isabel II en 1868. Actualmente es Doña Victoria Elena López de Carrizosa y Patiño, cuarta Marquesa del Mérito. Ella y a su familia son los que actualmente están en el largo proceso de rehabilitación y que están por la labor de que se conozca y de que se pueda visitar con más frecuencia.
Toda esa importancia tanto de su inmueble como de la historia que alberga hizo que fuera declarado Bien de Interés Cultural en el año 1980.
La Arquitectura del Monasterio de San Jerónimo y Valparaíso
El Monasterio de San Jerónimo, es una de las primeras joyas góticas de Córdoba y se fue enriqueciendo de las sucesivas intervenciones renacentistas y barrocas.
Hasta llegar al monasterio debemos atravesar una vereda de cipreses que nos conduce a la puerta principal con un arco barroco. Nada más entrar, toda su arquitectura evoca el pasado de lo que fue, un gran monasterio entre los siglos XV-XIX, se puede ver a través de sus jardines, patios, pasillos, arcos y cruces.
Destaca su impresionante fachada con balcones y ventanas simétricamente colocados, presenta una impresionante perspectiva. En el centro de la portada, el protagonismo lo tiene el medallón de mármol con un relieve de San Jerónimo.
En el interior llama la atención el patio principal claustrado con columnas dóricas y bóvedas góticas. Está orientado al sur de la iglesia del monasterio. La parte alta la corona una extensa y hermosa azotea.
Actualmente en la fuente del patio, hay un aguamanil réplica de uno de los cervatillos de Medina Azahara y que según se ha podido saber, una de las dos originales era la que hacía manar el agua. Se cree que fue encontrada por frailes en algún paseo por los alrededores.
El refectorio y la sala de capítulos eran notables, denotan la importancia del inmueble por su gran tamaño, allí eran donde se reunían los frailes. La iglesia antigua aún existe adosada a la moderna. Es esférica y por ella se entra en el panteón de la comunidad, en que existen algunas bovedillas. En la torre del claustro en perfecto estado se puede observar la mano del que fue su arquitecto, Hernán Ruiz.
La segunda capilla de 1704, tiene una bonita portada gótica de mármol blanco. El interior tenía, y aún conserva en parte, un simétrico embaldosado blanco, rojo y azul; de estos dos últimos colores eran también el zócalo que rodeaba todo el templo, y del que se arrancaron algunos tableros para hacer los sepulcros que en la iglesia de San Hipólito guardan los restos de Fernando IV el Emplazado y su hijo Alfonso XI.
Poco adorno daban a esta iglesia los retablos de altares, en su mayor parte pintados en el muro. Allí lucían, como recuerdo, los trofeos militares que los marqueses de Comares y los despojos y banderas que los Reyes Católicos recogieron en la conquista de Granada y dedicaron a este monasterio.
Entre las reliquias debemos citar la espina de la corona de Jesús, que hoy existe en el convento del Císter. La pequeña campana del Abad Sansón y el ciervo de bronce, resto de la célebre Medina Azahara. Un cuchillo, con puño de marfil y la hoja dorada. Un puñal, un coleto de gamuza forrado de acero y claveteado por fuera con tachuelas, un acicate y una bocina, estos objetos podrían haber pertenecido al Gran Capitán. Un puñal y varias alhajas del Rey Chico de Granada, y por último, la capa de coro hecho del traje del corsario Barbarroja.
Desde aquí os animamos a que cuando tengáis oportunidad, ya que son pocas las visitas anuales que hay concertadas para visitar este majestuoso edificio, vayáis y disfrutéis de nuestra historia, nuestro patrimonio y de lo que hemos sido y somos en la actualidad.
Esperamos que os haya sido útil la entrada «Edificios con historia. Monasterio de San Jerónimo y Valparaíso«. Recuerda inscribirte en nuestra newsletter para estar informado de todas las novedades de Obra Nueva en Córdoba y noticias relacionadas con el mundo inmobiliario. Quiero inscribirme ahora
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Un gran monumento sin duda. Lástima que no se pueda visitar de forma habitual como la Mezquita o la propia Medina Azahara.